Boston Marathon and Impossible Dreams | El Maratón de Boston y Los Sueños Imposibles
I have been running for 8 years. It has become a key part of my life and of who I am. When I first started, I didn’t know where it would lead me, nor what would be possible.
As a small piece of background to understand the rest of this post, the Boston Marathon, for many runners, is a giant achievement. One has to run a certain time in order to even be allowed to register to run. And that time is, well… fast.
I remember when I first started running and could hardly run one mile. Not to mention my speed, in Boston marathon terms, was in the realm of “you will never be able to qualify and run in Boston. You are simply too slow.” And with that, I chose to enjoy running and just do my best.
A few years passed and I noticed that the more I ran, the more I enjoyed it. I also gradually became faster. Still nowhere near what I needed, but I found myself starting to dream a little – maybe, just maybe, a regular human being like me could make it.
Fast forward to this weekend. After about 8 years and over 14,525 miles of running, over 35 pairs of shoes worn out… It happened. I was able to run and get that elusive time. I called my wife as I was crossing the finish line so we would experience it together. Soon after crossing the finish line, I cried. God made the impossible happen, and years of work were simply too overwhelming to keep inside.
What did it take and how did it happen? First of all, by the grace of God. Nothing of this magnitude happens apart from Jesus being in it. My wife has been incredibly supportive. My children as well. I received the help of an incredible and supportive coach for the last 4 years to show me how. Even some great people at my work knew about it and supported me through conversations and even prayer. And just kept at it. When it was cold, rainy, dark, hot, light, tired… Kept at it. Trained.
This showed me in a very tangible way that God can work through very normal people some pretty incredible feats. Not that it’s a surprise – just look at the apostles and what they were able to accomplish through Jesus strength, dedication, and time. They changed the world.
What is your impossible dream? What can God do through you that you think “that could never be me”? And what small but consistent step could you take, regularly, with discipline, and by the grace of God to get you just that little closer? Because when you dream big, allow God to work in you and place yourself in his hands, grab a few people that have walked that road before, and just draw near… Then maybe, just maybe, over time, God will make that impossible a reality. The things you will know, the people you will impact, the life change you will experience will make not just the finish line a dream, but the journey as well.
And God will never be the same to you. Because you will understand that oh so many things are possible with Him.
You may or may not see the results in this lifetime. But when you cross the ultimate finish line (well – START line!), and hear God say “well done, good and faithful servant”, your emotions will be too much to be held in. And there will be joy everlasting and forevermore.
He estado corriendo durante 8 años. Se ha convertido en una parte clave de mi vida y de quien soy. Cuando comencé, no sabía adónde me llevaría ni qué sería posible hacer.
Un dato pequeño como parte de los antecedentes para entender el resto de esta publicación, la Maratón de Boston, para muchos corredores, es un logro gigantesco. Uno tiene que correr un cierto tiempo para poder calificar. Y ese tiempo es, bueno … rápido.
Recuerdo cuando empecé a correr y apenas podía correr una milla. Sin mencionar que mi velocidad, en términos de maratón de Boston, estaba en el ámbito de “nunca podrás calificar y correr en Boston. Simplemente eres demasiado lento “. Y con eso, elegí disfrutar corriendo y hacer mi mejor esfuerzo.
Pasaron unos años y noté que cuanto más corría, más lo disfrutaba. También gradualmente me volví más rápido. Todavía no estaba ni cerca de lo que necesitaba, pero me encontré empezando a soñar un poco, tal vez, solo tal vez, un ser humano normal como yo podría hacerlo.
Permiteme avanzar hasta este fin de semana pasado. Después de unos 8 años y más de 14,525 millas de correr y más de 35 pares de zapatos que gaste … Sucedió. Pude correr y conseguir ese tiempo esquivo. Llamé a mi esposa cuando estaba cruzando la línea de meta para que lo viviéramos juntos. Poco después de cruzar la línea de meta, lloré. Dios hizo que sucediera lo imposible, y los años de trabajo eran simplemente demasiado abrumadores para guardarlos dentro.
¿Qué fue lo que me costo y cómo sucedió? En primer lugar, por la gracia de Dios. Nada de esta magnitud sucede sin que Jesús esté en él. Mi esposa me ha brindado un apoyo increíble. Mis hijos también. Recibí la ayuda de un entrenador increíble y solidario durante los últimos 4 años para mostrarme cómo. Incluso algunas grandes personas en mi trabajo lo sabían y me apoyaron a través de conversaciones e incluso oraciones. Y continue haciéndolo. Cuando hacía frío, lluvioso, oscuro, caluroso, claro, cansado… Continuaba haciéndolo. Entrenado.
Esto me mostró de una manera muy tangible que Dios puede obrar a través de personas muy normales algunas hazañas bastante increíbles. No es que sea una sorpresa, solo mire a los apóstoles y lo que pudieron lograr a través de la fuerza, la dedicación y el tiempo de Jesús. Cambiaron el mundo.
¿Cuál es tu sueño imposible? ¿Qué puede hacer Dios a través de ti que piensas que “nunca podría ser yo”? ¿Y qué paso pequeño pero consistente podrías dar, regularmente, con disciplina y por la gracia de Dios para acercarte un poco más? Porque cuando sueñas en grande, deja que Dios trabaje en ti y ponte en sus manos, agarra a algunas personas que han caminado por ese camino antes y acércate … Entonces tal vez, solo tal vez, con el tiempo, Dios hará que eso que era imposible se haga una realidad. Las cosas que sabrás, las personas a las que impactarás, el cambio de vida que experimentarás harán que no solo la línea de meta sea un sueño, sino también el viaje.
Y Dios nunca volverá a ser el mismo para ti. Porque comprenderás que tantas cosas son posibles con Él.
Puede que vea o no los resultados en esta vida. Pero cuando cruce la última línea de meta (bueno, ¡la línea de COMIENZO!), Y escuche a Dios decir “bien hecho, buen siervo y fiel”, sus emociones serán demasiado para contenerlas. Y habrá alegría eterna y para siempre.